Cuando llega un cachorro a casa tenemos la posibilidad de escoger un nombre que nos guste y vaya de acuerdo con las características y personalidad del canino.
Claro, es distinto si es un perro adulto que ya está adaptado al nombre de su dueño anterior, en este caso es recomendable seguir llamándolo por el nombre que le asignó su propietario anterior. Ya que si le cambiamos el nombre podemos provocarle confusión al perro y resultará más difícil que responda a las órdenes recibidas.
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A la hora de escogerle un nombre a nuestro perro es indispensable tener en cuenta que ese nombre es para toda su vida. Así que no debemos elegirle en nombre de acuerdo con características propias de su etapa. Como el tamaño, color, contextura, ya que éstos cambian con el tiempo. Si lo llamas “pequeñin”, por ejemplo, no resultará apropiado para un perro de raza grande cuando alcance su edad adulta.
Ten en cuenta que los perros son más receptivos cuando se trata de nombres más cortos, que consten de una sílaba o dos, y prefieren los nombres con las vocales “a” y “o”. Ten en cuenta que debe ser una pronunciación fácil y sencilla tanto para las otras personas, y para el perro.
También podrías esperar unos días para observar el comportamiento del perro y observar si su personalidad inspira algún nombre. Y luego de haber elegido un nombre, procura no llamarlo por diminutivos ni otros apodos, ya que esto puede confundirlo, debes llamarlo de la misma manera, de esa forma logrará identificarse con esa palabra.
Muchas personas piensan que colocar un nombre de persona es de mal gusto, sin embargo, es decisión de cada dueño. Sigue tus preferencias y elige el nombre que más te guste, lo importante es que sea corto y de una pronunciación fácil.